Vivir el día a día cerca de Dios es algo mucho más que vivir, es VIVIR en mayúsculas por que saber que Dios nos ama aquí y ahora es mucho más que una razón para vivir sonriendo cada día, pero sobre todo es la principal razón para vivir junto a Él.
Pero a veces todo esto se nos hace un poco cuesta arriba y aunque solo Dios nos llene totalmente nos dejamos llevar por las prisas de la vida, la pereza, el agobio... Por eso te voy a dar 3 consejos para estar cada día un poquito más cerca de Dios.
1) Cada mañana antes de ir a clase, de ponerte a estudiar, a trabajar etc... arrodíllate y empieza el día diciéndole que lo quieres con ese gesto. Démosle un sentido a cada día y pídele que te ayude a mirar con sus ojos, a hablar con sus palabras, a escuchar con sus oídos y sobre todo a AMAR con su corazón.
Que, aunque haya días que no podamos ni con nosotros mismos, recordemos a Jesús en la cruz y cómo Él nos amó hasta el extremo, que menos que nosotros lo intentemos también.
2) Ten un rato de oración. Vital, a solas tú y Dios, cuéntale tus preocupaciones, alegrías, agobios... que a pesar de que ya lo sabe todo siempre está esperando a que vayamos a contárselo, y escucharlo que siempre tiene algo que decirnos con su Palabra.
No te olvides de pedirle perdón por qué somos humanos y caemos siempre con la misma piedra, pero lo importante es darnos cuenta de nuestros errores y arrepentirnos de ellos.
Consejo: si normalmente te cuesta la oración ponte un horario fijo y no te lo pienses dos veces, empezar, aunque sea sin ganas es mejor que no hacerlo, del resto ya se encarga Él.
Escuchar música y una libreta de oración siempre ayudan mucho.
3) Intenta cada noche dar gracias por algo distinto y proponte una acción para hacer al día siguiente como por ejemplo dar los buenos días a los que te cruzas por la calle, ir un ratito al sagrario a visitarlo, no pelearte con tu hermano, ofrecer el día por alguien , sonreír más de lo normal, ayudar hasta que duela... Y así intentar ser mejores cada día y parecernos un poquito más a Jesús.
Propongámonos sonreír cada día, buscar el lado bueno de las cosas y ser felices pues somos unos privilegiados del amor de Dios, no lo desaprovechemos.
Ana.
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